Hace dos años el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico aprobó un el Real Decreto por el que se regula la obligación de que las viviendas con calefacción central dispongan de contadores individuales en sus instalaciones térmicas, bajo multas que oscilan entre los 1.000 y los 10.000 euros si no se cumple la normativa.

Las únicas zonas que no están obligadas a efectuar este cambio son las más cálidas (Andalucía, Canarias, Almería, Valencia y la provincia de Tarragona), pero Castilla y León debe tener adaptados sus sistemas de calefacción antes de marzo de 2023.

Unos contadores que se calcula pueden suponer un ahorro en la factura del gas de entre 200 y 300 euros, dependiendo del contrato de que se disponga y el tamaño de la vivienda.

Aun teniendo una caldera común para todos, existen herramientas capaces de medir el consumo que se realiza por vivienda. Disponer un sistema de medición de consumo individual de calefacción centralizado, no sólo es posible, sino que además contribuye al ahorro y eficiencia energética del edificio. Gracias a un sistema de individualización de costes pagarán la parte proporcional de energía que consuman y los costes por disposición de servicio.

¿Qué son los repartidores de costes de calefacción?

Son pequeños dispositivos que se instalan en la superficie de los radiadores destinados al registro de la integral de temperatura con relación al tiempo. Conforme a la norma EN 834:1994, los repartidores de costes de calefacción miden la temperatura de la superficie del radiador y la temperatura ambiente de la estancia donde está instalado.
El valor de medida corresponde a la diferencia de las dos temperaturas en el tiempo, obteniendo así el consumo de calefacción de cada radiador.
El dispositivo interpreta que el radiador está funcionando; cuando la temperatura de la superficie del radiador esté por encima de un valor y la diferencia de temperaturas entre la superficie del radiador y la estancia es superior a 4ºC. Cuanto más elevada sea diferencia de temperaturas, mayor será la energía que debe de aportar el radiador para llegar al confort deseado y por tanto, mayor será el consumo.
El medidor diferencia entre el verano e invierno de modo que sólo medirá cuando la temperatura en el radiador sea superior a
29ºC en invierno y a 40ºC en verano. De esta forma se evitan lecturas erróneas (UNE-EN 834:1994).

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